NVIDIA se consolida como el líder mundial en procesadores para inteligencia artificial con su nuevo modelo de chip Blackwell y le siguen de cerca una decena de empresas que se beneficiarán por el boom tecnológico
Considerado por muchos como el Woodstock de la inteligencia artificial, NVIDIA dio a conocer a mediados de marzo en un magno evento lo que se considera que es el chip más potente de la historia, el Blackwell B200.
Para poner los datos en contexto, veamos el chip de NVIDIA más cotizado del momento, el H100. El éxito de este producto y su alta demanda ha impulsado las acciones de la empresa a niveles estratosféricos superando los 2 billones de dólares, por encima de titanes tecnológicos como Alphabet. Nada más en este año, el valor de sus acciones ha aumentado en más de un 77 por ciento.
Mientras que el H100 presume ser una unidad de procesamiento gráfico (GPU) con 80 mil millones de transistores, el nuevo Blackwell B200 tiene 208 mil millones de transistores. Pero las diferencias van más allá de la capacidad bruta del chip. La nueva tecnología de NVIDIA ha demostrado ser más eficiente, lo que ha potenciado la capacidad de la nueva generación de chips a niveles impensados hace unos meses.
Por ejemplo, en términos generales, el B200 es 25 veces más potente y consume menos energía que su contraparte H100. Pero eso no es todo, NVIDIA también aprovechó para presentar el súper chip GB200 que combina dos B200 con la CPU Grace de la empresa para aumentar hasta en 30 veces el rendimiento en la inferencia de los modelos de lenguaje de gran escala.
A pesar de los grandes avances, NVIDIA no tiene el monopolio de la inteligencia artificial y no es la única compañía que vale la pena seguir de cerca. De acuerdo con el banco de inversión Goldman Sachs, el auge de la IA en los mercados llegará por etapas.
En la primera fase destacó NVIDIA como el fabricante líder de chips. En la segunda fase se estarán beneficiando las empresas que forman parte de la infraestructura de la inteligencia artificial como los productores de semiconductores, los servicios de computación en la nube, los centros de datos y los creadores de hardware. Aquí están empresas como Arm, Microsoft, Amazon y Cisco cuyo valor ha crecido en un 14 por ciento en los últimos seis meses de acuerdo con Goldman Sachs.
En la tercera fase van a destacar compañías que generan ingresos con productos y software basados en la inteligencia artificial. Aquí destacan nombres como Meta, Adobe, Intuit, Uber y Salesforce cuyas acciones han crecido en un 21 por ciento en los últimos seis meses.
Por último, Goldman Sachs describe una cuarta ola de empresas cuyas acciones se verán beneficiadas de manera indirecta por la inteligencia artificial. Aquí están negocios tradicionales que tienen el potencial de mejorar su productividad con la nueva tecnología, ya sea que se dediquen a la rama de salud o a otorgar servicios financieros, hay potencial para todos.
