El 3 de abril de 2018 fue el día que Spotify Technology finalmente estrenó en la bolsa de valores de Estados Unidos; para su gran debut bursátil, el líder de la música streaming eligió un método poco convencional del cual hablaremos a continuación.
A diferencia de una oferta pública inicial tradicional, Spotify no vendió un número fijo de acciones, a un precio específico, a una lista conocida de inversionistas antes de comenzar a cotizar. Cotizó directamente en Nueva York su actual paquete accionario en vez de realizar una nueva emisión de acciones; de esta manera sus fundadores e inversores mantienen el control de la compañía.
Esta ruta inusual puede ser observada también en otras empresas tecnológicas que quieren negociar sus acciones en el mercado bursátil.
Sin embargo, lo más curioso de la presentación de Spotify fue que la bolsa de Nueva York decoró la fachada de su edificio con una bandera de Suiza para dar la bienvenida a la aplicación de música de origen sueco. Una confusión que dibujó más de una sonrisa en Wall Street.
Antes de salir a la bolsa, la empresa enfrentó problemas legales con algunas compañías discográficas y artistas, además de sus cuestionados márgenes de rentabilidad.
Para conocer un poco más de Spotify hay que regresar al año 2006, cuando las descargas ilegales estaban a toda su intensidad y el servicio de la música en streaming todavía no era una realidad viable. En ese entonces se le ocurre a Daniel Ek crear una plataforma que respeta los derechos de autor y que incluye el ingrediente de flexibilidad para escuchar prácticamente cualquier tipo de música.
Así nace Spotify, que ahora tiene un valor de mercado de 23,500 millones de dólares y que da acceso a grandes bibliotecas de música en lugar de hacer que los usuarios paguen por un disco o descargas de canciones.
La startup de tecnología se lleva las fanfarrias al entrar a la bolsa porque superó en 26 por ciento el precio de referencia de 132 dólares por acción que usó la bolsa de Nueva York. Una inversión en este tipo de empresas es una buena estrategia de diversificación así como una excelente vía para estar en contacto con mercados innovadores y dinámicos.
Pero al tomar cualquier decisión de inversión hay que tener presente la regla de oro: el perfil y horizonte de inversión.
Fuente: Reuters, Bloomberg, Clarín
