En teoría, trabajar más de 50 horas a la semana hasta que cumplas 65 años, como lo hizo tu papá para lograr su jubilación, tendría que ser recompensado con creces.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurría hace veinte años, tus derechos como pensionado son mínimos. Si deseas vivir un retiro cómodo, lo ideal es que comiences a invertir desde hoy. Tu retiro es tu responsabilidad exclusiva.
A continuación te hacemos varias recomendaciones para que puedas separar una parte de tu ingreso y destinarlo a un fondo de ahorro y/o a un instrumento de inversión que se ajuste a tu perfil de riesgo.
Primero, registra todas tus operaciones financieras. Existen un sinnúmero de aplicaciones tecnológicas que te permiten llevar la cuenta de todos sus gastos. Esas herramientas son muy útiles porque procesan y clasifican la información según las tendencias, periodicidad y tipo de gasto. Esto te permitirá hacer un presupuesto preciso y te revelará patrones de gasto que muy probablemente no habías identificado.
Segundo, diseña una partida presupuestaria para el ahorro. Conforme crece tu ingreso, intenta que la proporción del ahorro crezca en la misma magnitud. Con disciplina, aférrate a lo que dispones e intenta crear un sistema de incentivos en los que tengas derecho a ciertas recompensas de corto plazo en caso de que cumplas con tus objetivos financieros para cierto periodo.
Tercero, infórmate sobre cuáles son los instrumentos financieros que mejor se adaptan a tu perfil de riesgo. Entre más joven seas, tienes mayores incentivos para tomar más riesgo. Toma esto en cuenta para el diseño de tu plan de inversión.
Una lección importante del ahorro para el retiro: no te vas a hacer rico en el largo plazo y no te vas a hacer pobre en el corto plazo, pero es un plan que puede hacer toda la diferencia entre un retiro cómodo y un retiro con presiones financieras.
