Si tienes mil o un millón de pesos para invertir el objetivo será el mismo, hacerlo crecer. Para lograrlo existen distintos medios y por eso elegir el que más te conviene dependerá de tu personalidad y necesidades.
Algunos productos de inversión disponibles son acciones, bonos, fondos de inversión, etc. Ninguno de ellos es malo o libre de riesgos, cada uno tiene sus detalles y elegir el que más te conviene no es una decisión sencilla porque como dicen cada cabeza es un mundo, una persona es distinta a la otra y por tanto no hay fórmula mágica.
Sin embargo, toda inversión lleva un proceso que muchas veces se basa en buscar la combinación de distintas clases de activos. Sigue estos sencillos pasos que te ayudarán a que inviertas de forma eficaz para que puedas hacer rendir tu dinero:
Paso 1. El punto de partida debe ser conocer tu situación financiera actual. Las siguientes preguntas te ayudarán en esta etapa: cuánto dinero ganas, cuánto dinero gastas, cuánto dinero debes, cuánto dinero tienes ahorrado, cuándo vas a necesitar tu dinero. Conocer las respuestas te permitirá definir el dinero que puedes invertir y el tiempo o el plazo de inversión.
Paso 2. Sé claro en tu objetivo y horizonte de inversión. De qué se trata esto, de que la meta que te propongas sea de acuerdo a los resultados esperados, en rentabilidad y en riesgo. Cuando lo que persigues es seguridad lo más importante para ti es conservar tu dinero, a través de productos financieros de corto a mediano plazo. Si esto es lo que propones entonces no eres tolerante al riesgo y requieres de liquidez. Para el caso de la rentabilidad, el objetivo consiste en percibir rentas y no ganancias de capital.
Paso 3. Saber tu tolerancia al riesgo, es decir aquello que no te va a quitar el sueño aún cuando veamos que hay cambios dramáticos o leves en la inversión. Es importante que el producto de inversión te permita sacar tu dinero cuando lo necesites y debes tener presente que puedes perder tu dinero, en cualquier momento.
Paso 4. Diversifica. Una regla en la inversión es saber controlar el riesgo y para eso hay que combinar las distintas clases de activos de manera inteligente, en función del riesgo que estamos dispuestos a asumir.
Fuente: Wikihow, Finanzas para Todos, Tivalsa