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Odisea del espacio… para turistas

Staff e-Vector
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La idea de ponernos un traje cósmico y viajar al espacio siempre fue encantadora. Ahora es una realidad…claro, para algunos afortunados.

Astronauta era la respuesta más socorrida cuando le preguntabas a un niño qué quería ser de grande.

La idea de ponernos un traje cósmico y viajar al espacio siempre fue encantadora.

Ahora es una realidad…claro, para algunos afortunados.

Por primera vez en 60 años de vuelos espaciales tripulados, una nave se puso en órbita llevando a turistas, no a astronautas profesionales, en un viaje apodado Inspiration4.

En el viaje fueron un multimillonario, una profesora, una superviviente de cáncer y un exveterano de Irak.

Este fue el primer vuelo privado de SpaceX y estuvo dirigido y financiado por Jared Isaacman, un empresario de 38 años, que hizo su fortuna con una empresa de procesamiento de pagos que creó en su adolescencia. 

Los demás tripulantes de la cápsula Dragon fueron Chris Sembroski, de 42 años, ingeniero informático; Sian Proctor, de 51 años, maestro de universidad, y Hayley Arceneaux, de 29 años, sobreviviente al cáncer en su niñez.

Arceneaux además se convirtió en la estadounidense más joven en viajar al espacio y la primera persona en hacerlo con una prótesis: una barra de titanio en la pierna izquierda.

La misión fue pasar tres días dando la vuelta al mundo desde una órbita inusualmente alta, 160 kilómetros más alta que la de la Estación Espacial Internacional, y luego acuatizar en el mar cerca de las costas de Florida.

“Pocos han estado allí antes y muchos seguirán. La puerta se está abriendo ahora, es bastante sorprendente”, afirmó el multimillonario Jared Isaacman, de 38 años, desde el interior de la cápsula después de llegar al espacio.

Esta odisea en el espacio, representa la entrada del fundador de SpaceX, Elon Musk, en la competencia por los dólares del turismo espacial y por supuesto la oportunidad de restregar su triunfo en la cara a sus competidores.

Y es que la misión dejó en simples anécdotas las intentonas de Richard Branson, dueño de Virgin Galactic, y Jeff Bezos, de Blue Origin, que solo disfrutaron de unos minutos de ingravidez y apenas rozaron la frontera del espacio.

¡En su cara!

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