La mediática contratación que el PSG hizo del jugador argentino, Lionel Messi, es histórica.
Pero no solo en el aspecto deportivo. Ese fichaje tiene muchas más implicaciones que solo armar una plantilla poderosa.
Se enmarca en una estrategia política y de imagen para Qatar. Una cosa que los que saben llaman: Sport Washing.
Qatar, junto con Arabia Saudita o Azerbayan, está entre los países que en los últimos años han sido sede de diversos eventos deportivos.
Simplemente Qatar será el anfitrión del próximo Mundial de Futbol en 2022. Sin embargo, también esas naciones comparten un historial de graves violaciones a los derechos humanos.
Por ejemplo Human Rights Watch ha denunciado la explotación de trabajadores emigrantes en el país para construir los modernos estadios en los que se jugará el Mundial.
¿Y qué tiene que ver La Pulga en todo esto?
Fácil.
El PSG es propiedad de Qatar Sports Investment (QSi), una firma subsidiaria de Qatar Investment Authority, un fondo soberano de inversión cuyo director ejecutivo es el emir qatarí Tamim bin Hamad Al Zani.
El cuadro francés forma parte de los llamados “clubes-Estado”, un calificativo con el que se denomina también al Manchester City, equipo que es financiado por los Emiratos Árabes Unidos a través del holding City Football Group.
En el caso del París Saint Germain, éste es sustentado por el gobierno catarí a través de Qatar Investments.
Simon Chadwick, profesor de Geopolítica Económica del deporte de la Escuela de Negocios EM Lyon en Francia, explicó para BBC Mundo que la propiedad del club en manos de QSi está efectivamente asociada con el fondo soberano de inversión de Qatar.
“El presidente de QSi, Nasser al Khelaifi, es miembro de la familia real qatarí y también preside el PSG (…) Qatar no es una democracia. La familia real es el gobierno. No hay discusión: el estado de Qatar es dueño del PSG», agregó el experto.
Con la llegada de Messi al París, el PSG muy seguramente gane la Liga de Campeones en mayo del próximo año. Si la ganan, en noviembre Qatar albergará el Mundial de Futbol de 2022 con el equipo de la familia real como campeón de Europa.
«En lugar de hablar de migración, condiciones laborales y la forma en que Qatar trata a su comunidad LGTBQ, estamos hablando de Lionel Messi, PSG y fútbol. Una interpretación de ‘sportswashing’ sería una estrategia para distraer a la gente y no hablar de cosas más importantes», concluyó Chadwick.
