Ya sea para viajar, irte de compras, o cualquiera de los usos que le des al dinero que pediste prestado a través de un crédito, tú decides si lo conviertes en una experiencia desagradable o en una responsabilidad financiera.
Ahora que las reglas son más estrictas para conseguir un crédito y que comprar una casa te cuesta más de lo que les costó a tus papás, debes saber que un préstamo puede arruinar tus finanzas o ayudarte a lograr tus metas dependiendo de cómo lo uses.
Pero, ¿cómo saber si un crédito traerá problemas a tus finanzas? A continuación te damos algunos tips para que lo descubras.
Si nunca has pedido un crédito, pero has pagado tu cuenta de celular a tiempo, entonces no te preocupes; tu registro en el Buró de Crédito está a salvo y pedir un préstamo es una buena idea.
Otro momento en el que es recomendable pedir un préstamo es cuando compras un auto. En cambio, se convierte en mala idea usar la tarjeta de crédito para pagar el transporte diario. Porque, si eres fan de usar las aplicaciones que sugieren cargar a la tarjeta de crédito el costo del transporte, es muy fácil perder la cuenta de lo que estás consumiendo y acabar con cuentas interminables al final de tu periodo de cobro.
Sacar un préstamo para emprender un negocio también es una gran idea. De otra forma, puede ser muy difícil mantener contentos a inversionistas que no han visto un proyecto terminado y además, la deuda puede volverse en tu contra si no cumples con los objetivos esperados.
Cuando se te presenta una emergencia, usar el crédito es una opción porque al menos tienes un objetivo claro para ese dinero. Pero cuando sólo lo pides para tener algo extra que te compromete a pagar una suma adicional (por los intereses y comisiones) a la que vas a usar, se convierte en una pesadilla cada vez que realices el pago porque se te fue el dinero sin saber en qué. Por eso, si quieres un dinero adicional es recomendable que empieces un fondo de ahorro o que busques la mejor manera de invertir tu dinero y hacerlo crecer.
Fuente: blog Finerio
