Si de por sí decidir es difícil, cuando hay dinero involucrado la cosa se pone aún más complicada.
Hemos visto que las mujeres que rondan entre los 20 y los 40 años, tienen menos probabilidades de tomar decisiones por sí mismas, que las mujeres de las generaciones anteriores.
Un estudio de UBS, firma mundial de consultoría financiera, descubrió que el 61% de las mujeres millennials encuestadas dejan a sus esposos las decisiones financieras.
Si bien hemos avanzado en la lucha por la equidad de género, en el campo financiero aún queda mucho por trabajar.
¿Cómo podemos mejorar la confianza en las mujeres para dar el paso a tomar las decisiones financieras que rigen su vida? ¿Por qué las mujeres de esta generación, siendo más educadas, más exitosas y con un criterio más abierto que nunca, están dejando las decisiones importantes sobre el dinero a otra persona?
1. Más asesoría
Escuchemos a las expertas. No tener miedo a la riqueza, reforzar la confianza financiera y aprender a evaluar el riesgo son algunos de los temas que deben abordarse.
2. Más redes de contactos
No se trata de que una imparta cátedra y la otra escuche. Debe ser un diálogo donde las ideas reboten y las experiencias se compartan verticalmente. Te sorprenderías lo que puedes aprender de tu compañera.
3. Más emprendedoras
Aunque aún es limitado, existen fondos de inversión que priorizan la equidad de género. Es momento de sacarles provecho, perder el miedo y lanzarse por ello. En América Latina las mujeres representan más del 40% de la población económicamente activa, 17% de las cuales son emprendedoras en la economía formal.
4. Más carteras con enfoque de género
Hace falta invertir en empresas dirigidas por mujeres, invertir en empresas que promuevan la igualdad de género en el lugar de trabajo, invertir en empresas que desarrollan productos y servicios que impactan positivamente a las mujeres.
5. Más investigación
El último pero no menos importante. Se tiene muy poca información sobre el tema, es momento de que tomemos un papel más importante en el tema. Incluso podría ser una inversión ya que la inversión con un enfoque de género considera a la mujer el activo más subexplotado del mundo y una significativa oportunidad de mercado.
Además, las mujeres de este milenio son clave en las conversaciones sobre inversión con enfoque de género.
