Un banco con suficiente efectivo puede hacer muchos préstamos y eso está bien, porque los bancos viven de los intereses que estos créditos generan.
El problema es que, al parecer, tienen tanto efectivo en sus arcas y tan pocos préstamos que ya no les está funcionando el negocio.
Por esa razón, recientemente J.P. Morgan o el Bank of America comenzaron a rechazar depósitos en efectivo y están aconsejando a sus clientes corporativos a que mejor muevan sus ahorros de los depósitos a los fondos del mercado monetario.
Jamie Dimon, ejecutivo del J.P. Morgan, indicó que incluso se les pidió a las empresas que tienen los depósitos más grandes que transfieran sus dólares a otros bancos.
Nathan Stovall, experto en el sistema financiero de Estados Unidos de S&P Global, dijo a BBC Mundo que esta es una situación sin precedentes.
“Nunca habíamos experimentado algo como esto”, advirtió Stovall y explicó esta situación como una especie de crisis de liquidez inversa.
“Por lo general, cuando hay una recesión, el efectivo se convierte en un bien preciado y los bancos pueden ser muy agresivos a la hora de recaudar fondos. Pero en la crisis provocada por la pandemia ocurre lo contrario. Los bancos tienen demasiado dinero del que apenas pueden obtener ganancias”, detalló el experto.
Y es que en los últimos trimestres, los grandes bancos han tenido una muy baja demanda de préstamos, a pesar de que esperaban que muchas personas acudieran a ellos para salir adelante en medio de la crisis sanitaria.
De acuerdo con Seeking Alpha, los cuatro bancos más grandes de Estados Unidos, JPMorgan, Citi, Bank of America y Wells Fargo, reportaron una alza colectiva de 15% en depósitos.
Sin embargo, sus tenencias de préstamos combinados cayeron un 10%.
Así, si no hay préstamos, no hay intereses y si no hay intereses no hay ganancias. Y ese ya no es un buen negocio.
Fuente: Vector Análisis