Todos lo sabemos: las principales economías de Asia han experimentado un auge sin precedentes en las últimas décadas; sin embargo, México desafortunadamente no lo ha aprovechado.
Y es que, según datos del Fondo Monetario Internacional, las economías del continente asiático han tenido un crecimiento promedio anual por arriba del 7.3%, de 1980 a 2018, lo cual representa una expansión tres veces mayor a la mexicana. No obstante, las inversiones asiáticas en México y las exportaciones a dicha región son notablemente bajas.
En términos de inversión productiva, México captó 3,210 millones de dólares de Asia; es decir, un 10% del total. Si se contrasta con el 38% proveniente de Estados Unidos, la inversión asiática palidece.
Si hablamos de exportaciones, el panorama es aún más gris, pues las importaciones de productos provenientes de México son prácticamente nulas.
Según cifras de la Organización Mundial de Comercio (OMC), las compras en China de productos mexicanos representó apenas el 0.58% del total de sus importaciones en 2017.
De acuerdo con expertos citados por El Financiero de Bloomberg, la principal razón del desaprovechamiento de Asia como socio comercial se debe a que la cadena de valor de las exportaciones nacionales está diseñada para atender los mercados de América del Norte, principalmente, por lo que diversificarse a corto plazo representa un desafío importante.
Para Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios China-México (CECHIMEX) de la UNAM, el potencial de México con la segunda economía más grande del mundo en rubros como la infraestructura, el comercio y las inversiones es importante; sin embargo, falta una visión estratégica por parte de los últimos gobierno, así como del actual, por lo que considera necesario el desarrollo de programas estratégicos con los países de la región.
