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La influencer que visibilizó el emprendimiento femenino

Staff e-Vector
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Quizá hayas escuchado el nombre: Ana Sarelly. Ella es una influencer regiomontana que hace poco ganó unos cuantos haters. Aquí te contamos por qué sucedió eso.

Anna Sarelly, hace tutoriales de maquillaje en Youtube, es lo que llamamos una “influencer”, pues tiene más de 2.8 millones de seguidores. 

Y otra cosa que tiene Anna es una marca de bolsas que pretende vender hasta en más de 5 mil pesos.

La noticia causó revuelo en redes sociales y muchos la criticaron por los elevados precios. 

Para tratar de explicar esos costos, Anna hizo lo que hacen los influencers: una historia en Instagram.

En ella, explicó que el costo de fabricación de cada bolsa, la manufactura, el empaque, el embalaje y los impuestos justificaban el precio.

Pocos le creyeron.

Lo que sí creyeron los usuarios fue en la oportunidad de aprovechar la tendencia para abrir la puerta a nuevas emprendedoras y comenzaron a compartir otras marcas un poco más cercanas a la realidad.

En México, las mujeres emprendedoras han marcado el camino para la reactivación económica durante la pandemia.

De acuerdo con la Organización Mundial de Comercio, la crisis sanitaria de COVID19 afectó negativamente al 87% de las empresas del mundo lideradas por mujeres. 

Sin embargo, las emprendedoras -no sólo en México si no en toda América Latina- han demostrando su adaptabilidad, su resiliencia y su liderazgo.

De acuerdo con Fabiola Mejorada Hernández, presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias (AMEXME) tras la necesidad de las mujeres de sacrificar trabajo y actividades profesionales para darle prioridad a las labores del hogar, el emprendedurismo emergió como alternativa.

«En esta pandemia el emprendimiento femenino se ha detonado, hay muchas mujeres que decidieron iniciarse en el emprendimiento de un negocio porque sus maridos se quedaron sin trabajo o porque es una forma de poder trabajar desde casa y hacerle frente a los gastos, entonces el microemprendimiento se ha fortalecido», detalló.

Y la prueba es la interminable lista de pequeñas empresas lideradas por mujeres que emergieron tras el fiasco de Sarelly. 

Creativas, disruptivas, amigables con el medio ambiente, sustentables, sostenibles, solidarias, conscientes… 

Ahora la influencer podrá presumir, sin temor a mentir, que ella es parte del detonante que impulsó y visibilizó el emprendimiento femenino. 

Aunque quizá le salió un poco caro.

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