Primero, empecemos por lo bueno.
1. Su valor incrementa con el tiempo. Si compras un inmueble como inversión, es decir, para tener rentabilidad vía alquiler, dicha rentabilidad será creciente con el paso del tiempo dado que el precio de compra será el mismo pero el alquiler cada año irá de la mano de la actualización por la subida de los precios y este normalmente será positivo. Esta es, sin duda, la ventaja más clara.
2. Absorben el efecto de la inflación. Los bienes raíces tienen una gran ventaja frente a la inversión en la Bolsa y es que tienen a largo plazo una curva ascendente y absorben el efecto de la inflación. Por ejemplo, si compras un bien inmueble en la época más cara, lo más probable es que en 20 años este valga más y haya amortiguado la inflación de esas dos décadas.
3. Es una inversión tangible. En este sentido, es todo lo contrario a invertir en La Bolsa. Comprar un bien raíz te provee de una propiedad tangible que se siente más segura que otras formas de inversión que solo pueden ser manejadas de forma digital.
4. La puedes usar tú mismo. Al disponer de una vivienda puede darse el caso de que en alguna situación pueda disponerse para uso propio. Por ejemplo, si compras una vivienda vacacional para alquiler, podrías utilizarla en los períodos que no se encuentre alquilada.
5. No necesitan gran expertise. A diferencia de la Bolsa, una de las ventajas de invertir en un inmueble es que no necesitas tener amplios conocimientos técnicos en el tema para realizar una inversión. ¡Ojo! Esto no quiere decir que no debas asesorarte antes de invertir.
Y ahora las desventajas.
1. No apta para impacientes. Invertir en bienes raíces no es algo a lo que te quieras meter si lo que buscas es rapidez, ni tampoco es recomendable si necesitarás liquidez a corto plazo. Definitivamente, es un juego lento que requiere paciencia.
2. Requieren mucha atención. La gran mayoría de las personas que invierten en bienes raíces serán, además de inversionistas, caseros. Por ejemplo, con propiedades de alquiler se requiere estar atento a cuestiones de mantenimiento, que tienen sus costos. Además, un arrendatario incómodo pues significarte un fuerte dolor de cabeza.
3. Es todo un paquete. A diferencia de acciones en La Bolsa, no suele ser posible simplemente vender una parte de tu inversión si llegaras a necesitar dinero de forma rápida.
4. Periodos de vacancia. Si el mercado se pone difícil y pasas largos periodos sin que alguien rente tu propiedad, tendrás que asumir los costos tú mismo.
5. Invertirle a la inversión. En muchos casos, tus ganancias por alquiler no cubrirán la totalidad de la hipoteca en la que podrías haber incurrido al adquirir la propiedad, así que tendrías que calcular eso a la ecuación.
Así que, si buscas invertir, haz una valoración y checa qué te conviene más. Además recuerda que hoy en día no solo están los bienes raíces y La Bolsa, sino que las nuevas herramientas digitales han abierto el panorama a oportunidades de inversión fuera de estos dos grandes rubros.