Si eres un inversionista que busca una estrategia de largo plazo, ajustada a un riesgo moderado, que diversifique tu portafolio y que te permita reinvertir excedentes, esto es para ti.
La inversión en dividendos es uno de los enfoques clásicos de la administración de portafolios. El principio básico de esta estrategia es encontrar acciones de compañías que tengan la sana costumbre de repartir parte de las utilidades a sus dueños.
Generalmente, las compañías que reparten dividendos de manera periódica son las llamadas blue chip, las grandes empresas consolidadas cuyas acciones forman parte de índices accionarios como el DJIA. Estos títulos tienden a ser menos volátiles que acciones que son incorporadas a un portafolio por su valor como activo de crecimiento. Es decir, las acciones que reparten dividendos ayudan a diversificar tu cartera.
Sin embargo, la ventaja más importante de invertir en dividendos está en el excedente de capital que genera, ya sea en acciones o en dinero fiduciario. La recomendación es reinvertir estas utilidades para incrementar el capital de tu portafolio. Usualmente, es mucho más rentable utilizar este excedente en la compra de nuevos activos para tu cartera que retirar la utilidad inmediata.
Para encontrar la mejor acción con el mejor dividendo se sugiere poner atención a dos conceptos clave: el llamado payout y el ratio del monto del dividendo en relación al precio de la acción.
El primero representa el importe total de la utilidad que se reparte a los accionistas. Se recomienda buscar compañías cuyo payout sea de entre 30 por ciento y 60 por ciento. Un nivel inferior a este rango no compensa la estrategia, mientras que un nivel superior está asociado a compañías en problemas.
El segundo concepto es mucho más práctico de entender: entre más alto, mejor. Jack R. Vogel, quien cuenta con un PhD en Finanzas de la Universidad de Drexel en Philadelphia y es académico del Departamento de Matemáticas de dicha Universidad, advierte que que hay que tener cuidado con los ratios que superen el 3.5 por ciento.
Es posible invertir en dividendos a través de la selección individual de acciones o mediante ETFs especializados.
Pero cuidado, tampoco es la panacea. Invertir en dividendos conlleva un alto costo de oportunidad. Enfocarse exclusivamente en esa estrategia podría descuidar tu balance de riesgos, ya que no siempre es posible encontrar coberturas en acciones de compañías que paguen dividendos.
Además, existe el riesgo de perder de vista tu objetivo de maximizar el rendimiento de tu portafolio.
Al final, la decisión es tuya. Nadie conoce mejor que tú cuáles son tus necesidades, tu perfil de riesgo y tu plazo de inversión.