¡El sentimiento es más intenso!
Según los expertos, la sensación de pérdida en cuestiones de dinero desencadenan en el cerebro una mayor actividad en las áreas asociadas con las emociones que las de ganancias.
Es decir, la desilusión de perder es más grande que la ilusión de ganar.
Eso se llama neurofinanzas y cada vez hay más personas que están investigando sobre el tema para aplicarlo a favor, ya sea para invertir o solo para consumir.
Kerstin Preuschoff, profesora asociada de Neurofinanzas y Neuroeconomía de la Universidad de Ginebra detalló en una entrevista para la BBC que esta es un área relativamente nueva que se esfuerza por comprender la toma de decisiones financieras.
El plus es que a estas decisiones, dijo, se le van agregando conocimientos de la psicología y la neurociencia a las teorías tradicionales de las finanzas.
Y es que, lo sabemos perfectamente, todas nuestras decisiones tienen una carga emocional. Por más pragmáticos y fríos que busquemos ser en cuestión de dineros, siempre hay una emoción que interviene.
El profesor Arman Eshraghi, catedrático de Finanzas e Inversiones de la Universidad de Cardiff lo explica claramente.
«Con las decisiones de inversión específicamente, existe la promesa oculta de riqueza que tiene un fuerte elemento emocional. Incluso los gerentes financieros más experimentados pueden tomar decisiones que no se basan únicamente en el pensamiento racional».
Y todo eso ahora puede ser mapeado directamente desde nuestro cerebro.
Los científicos observan los procesos químicos y eléctricos que se desencadenan después de cada decisión o de cada resultado.
Así, nos pueden ayudar a saber lo que necesitamos para tomar mejores decisiones financieras.
Eshraghi cree que las mejores decisiones financieras se toman utilizando un pensamiento en lugar de un sentimiento.
Por ejemplo, detalla, cuando los mercados financieros son volátiles, normalmente es mejor mantenerse fuera y dejar de mirar las pantallas, porque el «cableado» de nuestros cerebros reacciona a contextos inestables de una forma más emocional que analítica.
Nuestro cerebro “crea” realidades y nos orilla a decidir dependiendo de lo que ve y escucha.
El caso de Twitter es muy emblemático en este sentido.
Cuando las acciones de la red social comenzaron a caer, varios medios de comunicación le dieron extrema cobertura a este asunto.
Como resultado, varios blogs de tecnología empezaron a difundir aún más los rumores de una posible quiebra.
Toda esa cobertura creó lo que llaman “efecto rebaño”, es decir, que mercadólogos se volvieran cada vez más renuentes a pautar en Twitter, lo cual a su vez generó menos ingresos para la red social y así en un círculo infinito.
¿Si notas como no solo son los datos fríos y matemáticos lo que genera una reacción financiera?
La percepción y los “sentimientos” tomaron la decisión.
Por eso, las neurofinanzas están tomando cada vez más fuerza en el ámbito económico… y tú ¿cómo te sientes hoy para invertir?