México evitó el desastre: no se cumplió la amenaza de la administración de Donald Trump de implementar un arancel generalizado del 5% a las exportaciones mexicanas. El resultado inmediato de este anuncio fue una apreciación de 2.2% del peso frente al dólar en la apertura de los mercados asiáticos el lunes en la madrugada. La moneda mexicana tuvo su mejor jornada del año, de acuerdo a datos de Bloomberg.
A pesar de que el tipo de cambio no es una variable objetivo para la política económica en México (que utiliza un régimen de libre flotación con pocos controles de capital), la Junta de Gobierno del Banco de México lo considera como uno de los factores más relevantes para la determinación de la inflación.
La comunicación reciente del banco central refiere que los movimientos del peso frente al dólar son parte de uno de los canales de transmisión de la política monetaria con mayor incidencia en el diseño de herramientas abocadas a lograr el objetivo legal del Banco de México de mantener la estabilidad de precios.
John Authers, el columnista de mercados de Bloomberg, explica que el peso es la divisa emergente de mayor liquidez, de modo que es considerado como uno de los activos más reactivos al sentimiento generalizado de aversión al riesgo o a nueva información sobre el futuro económico de México.
No es casual que el acuerdo migratorio que evitó la imposición de aranceles a las exportaciones mexicanas no sólo impulsó la valuación del peso mexicano en la jornada del lunes, sino que derivó también en un auge de las acciones globales ese día y en un retroceso de los activos de resguardo (safe heavens).
Jonathan Heath, uno de los miembros de la Junta de Gobierno de Banco de México dijo a un medio estadounidense que mientras Donald Trump esté en el poder, la amenaza arancelaria será un riesgo latente para México. En ese sentido, expresó que, dado el escenario actual de riesgos para México, encuentra contraproducente iniciar un ciclo de reducción en la tasa de interés de referencia, que actualmente es de 8.25%, una de las más altas entre los mercados emergentes.
A pesar de que el mercado no considera que el banco central mexicano está listo para implementar una política monetaria de mayor laxitud, el consenso de analistas espera que el peso se deprecie para el cierre del año. La encuesta de expectativas de especialistas del sector privado que realizó el Banco de México en mayo refiere que el pronóstico mediano de los analistas para el tipo de cambio a final del 2019 será de 19.83 pesos por dólar, lo que contrasta con el nivel actual de 19.15 pesos por dólar.
Paradójicamente, la proyección mediana de los especialistas también considera que la inflación convergerá hacia el rango objetivo del Banco de México, cerrando el año en 3.75%.