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Si tu contraseña es fácil de descifrar, piénsalo bien

Staff e-Vector
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Si eres de esas personas que usan el nombre de su mascota, su cumpleaños o -mejor aún- la palabra “password” como contraseña para tus operaciones digitales, de verdad es momento de pensar mejor lo que estás haciendo.

Cuando los medios locales en Costa Rica reportaron que “un extranjero” murió ahogado en Playa Hermosa de Garabito, Puntarenas, no tenían idea de lo que esa noticia impactaría en el mundo de las criptomonedas.

Y es que resulta que ese turista de 41 años, era nada menos que el multimillonario Mircea Popescu, quien se encontraba de vacaciones en el paradisiaco país sudamericano.

“Guardavidas de Playa Jacó le recuerdan a los turistas y bañistas que Playa Hermosa no es una zona para nadar”, recoge Teletica.com en su portal.

Pero es que Popescu no era muy conocido por seguir las reglas. No por nada era conocido como “El padre de la toxicidad de Bitcoin”.

Y parece que la peor jugarreta la hizo aún después de muerto, pues ahora nadie sabe cómo acceder a los más de 2 mil millones de dólares que se estima tenía Popescu en su cartera digital. 

Expertos aseguran incluso que todo ese dinero podría perderse para siempre. Una fortuna inaccesible a causa de una contraseña que definitivamente no es la fecha de su cumpleaños. 

Y el caso de Popescu no es el único. 

A finales de junio pasado, John McAfee, el pionero del software antivirus que fue encontrado muerto en una cárcel española en donde estaba acusado de fraude y enfrentaba una extradición. 

McAfee había hecho una fortuna con su antivirus en los años 80, y luego se volvió un gurú de las criptomonedas.

Luego de su arresto y su supuesto suicidio, el gobierno de Estados Unidos comenzó una odisea para recuperar los millones que dólares en impuestos que le reclamaba al finado.

Según las autoridades norteamericanas, McAfee había armado un complejo entramado de cuentas bancarias, testaferros y distintos monederos de criptomonedas para dificultar las posibilidades de los investigadores para seguir el rastro de su dinero.

En una declaración desde prisión, el controvertido empresario había dicho que ya no tenía criptomonedas, y aunque pocos le creyeron, tras su muerte ya nadie podrá saberlo y el gobierno de Estados Unidos está lejos de poder recuperar lo que reclama.

Todo, igual, por una contraseña que -seguramente- no era “123456” o “password”.

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