Inyección masiva de liquidez, recortes a la tasa de interés de referencia y expansión de la hoja de balance. Esto está sucediendo en prácticamente todos los bancos centrales del G-7, notablemente en la Reserva Federal de Estados Unidos. La política monetaria ha refrendado su condición de lo que Mohamed El-Erian, asesor económico de Allianz y ex CEO de PIMCO, denomina “el único juego en la ciudad”.
El resultado es inequívoco: un reporte de Deutsche Bank refiere que los indicadores de condiciones financieras de la Reserva Federal de Chicago y la Reserva Federal de San Luis se encuentran en mínimos históricos, de modo que significan un soporte relevante para el crecimiento de la economía real.
El sesgo expansivo de la política monetaria es un rasgo compartido esencialmente por el grueso de los bancos centrales de las economías de ingreso medio-alto y alto. El reporte anual del Fondo Monetario Internacional sobre el status de la economía global plantea que los recortes generalizados a las tasas de interés fueron el principal factor de estabilidad en los mercados internacionales.
La narrativa de altos niveles de liquidez y condiciones financieras laxas se ha traducido en un renovado apetito del mercado por activos relativamente riesgosos. La prueba patente es el desempeño del principal índice accionario mexicano, el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores. En enero, este proxy del sentimiento de riesgo en mercados emergentes creció 1.3% en términos de dólares. Después del índice Nasdaq, fue el segundo índice accionario con el mejor desempeño en dólares en el primer mes de 2019.
John Authers, comentarista veterano de mercados de Bloomberg, resume este fenómeno de la siguiente manera: “Si las condiciones son tan laxas, por supuesto que las personas estarán en un humor propicio para comprar activos relativamente riesgosos. Además, la creencia es que la Reserva Federal- y muchos otros bancos centrales- se han atrincherado en una posición en la que el único movimiento esperado para el resto del año es hacia una relajación adicional de las condiciones financieras. En otras palabras, es definitivamente seguro regresar a las aguas turbias”.
Y para muchos, los activos mexicanos son la representación idónea de esas aguas turbias. Desde mediados de agosto, el Índice de Precios y Cotizaciones ha crecido 15.76% , un aumento fuertemente correlacionado con la expansión de la hoja de balance de la Reserva Federal, que se ha incrementado en más de 400 mil millones de dólares en relación a septiembre del año pasado.
La jefa de estrategia de inversión de Charles Schwab, Liz Ann Sonders, argumenta que existe evidencia suficiente para determinar que las inyecciones de liquidez y los recortes a la tasa de interés de la Reserva Federal han contribuido a elevar el precio de las acciones.
Irracional o no, el sentimiento de exuberancia en Wall Street no ofrece señales de que esté por concluir. Retomando el comentario de Authers, la probabilidad implícita de que este año la Reserva Federal realice al menos dos recortes a los tipos de interés según estimaciones del mercado de futuros de la tasa de fondos federales fue de 82% al cierre de enero.
La fiesta no ha terminado y la valuación de los activos mexicanos es reflejo patente de ello.