¿La razón?
Muchos de los factores que dieron origen a esta apreciación aún permanecen. Después del episodio de aversión global al riesgo que se observó al inicio de la epidemia el peso mexicano ha recuperado parte del terreno perdido para ubicarse apenas unos centavos por encima del promedio pre pandemia.
Navarrete asegura que este comportamiento se explica por la calma que ha retornado a los mercados financieros ante la recuperación económica global, después de la paralización casi total con la pandemia.
Pero sobre todo, porque existe una mayor certidumbre sobre la luz al final del túnel en el combate al COVID19, a consecuencia de la aprobación y posterior la aplicación de la vacuna.
Otro de los factores que han contribuido a explicar este fenómeno, es la laxitud de las políticas monetarias y fiscales en los países desarrollados, en particular en Estados Unidos y en la Unión Europea, y la presencia de algunos factores inherentes a cada país que ejercen el papel de factores de atracción de capitales. Como se recordará, al cierre del 2020 la Unión Europea aprobó el programa fiscal más ambicioso de la historia, equivalente a 1.8 billones de euros, para los próximos 7 años, que incluye 750 mil millones para del plan de recuperación económica.
Igualmente, el Banco Central Europeo amplió en 500 mil millones de euros su programa de re compra de activos en el mercado secundario de deuda, para totalizar los 1.8 billones.
Por otro lado, si bien el FED estadounidense no amplió su programa de recompra de activos (por ser ilimitado), sí fijó el monto mínimo de la recompra mensual a 120 mil millones de dólares, mientras el Congreso y el gobierno aprobaron el segundo paquete de ayuda fiscal de 2020, por 900 mil millones de dólares.
Estos paquetes han contribuido a elevar la liquidez en el mundo, misma que de una u otra forma a la larga irá a parar a los mercados financieros.
Sin embargo, el director de análisis de Vector recalca que lo más relevante ha sido el cambio de visión del FED respecto a la guía de su política monetaria, misma que ahora se basa en la búsqueda de una inflación promedio de 2.0% en lugar del objetivo puntual, lo cual implica que habrá épocas en que será más permisivo con la inflación, pero sobre todo que las tasas de interés permanecerán bajas durante un periodo prolongado de tiempo.
El conjunto de estos elementos define una tendencia estructural a la apreciación del peso durante 2021, por lo que la cotización del dólar podría fluctuar un buen tiempo en niveles inferiores a los 20 pesos e incluso podría romper a la baja sobre niveles de 19.50.