El panorama económico de México no es bueno y las autoridades monetarias están haciendo lo imposible por evitar una recesión o, peor aún, una estanflación. El contexto lo conocemos (y lo sufrimos): la tasa de inflación más alta desde principios de 2001 y el recorte constante de pronósticos del PIB.
Situaciones extraordinarias ameritan medidas similares. Es por eso que el Banco de México realizó un aumento de 75 puntos base de la tasa de interés de referencia, la subida más grande de la historia. Con esto, la tasa se encuentra en 7.75 por ciento, muy cerca de su máximo histórico de 8.25 por ciento.
La decisión del Banxico va en línea con lo que están haciendo otros bancos centrales, especialmente la Reserva Federal de los Estados Unidos. La idea es frenar la actividad económica para bajar la inflación. El problema es que hasta el momento sólo se ha cumplido la primera parte de la receta y no la segunda. Mientras que nos encontramos oficialmente en un mercado bajista (con caídas del 20 por ciento en los principales índices estadounidenses en lo que va del año), la inflación ha seguido creciendo.
Una de los motivos de este fenómeno podría ser que los cambios de política monetaria pueden tardar mucho tiempo en surtir efecto. Sin embargo, el problema prevalece y las autoridades se están quedando sin opciones.
Algunos analistas, como Carlos Capistrán, economista jefe para México y Canadá de Bank of America, afirman que el Banco de México seguirá aumentando las tasas todo lo que queda del año y que en 2023 la mantendrán estable. En este escenario, en agosto habría otro aumento de 75 puntos base, en septiembre otro de 50 y en noviembre y diciembre 25 más cada mes.
Esto pone muy lejos la tan anhelada recuperación económica pospandemia. Hay quienes dicen, como el presidente Andrés Manuel López Obrador, que debemos apostarle a la actividad económica y aguantar este periodo de alta inflación. A cambio, proponen un plan de subsidios, especialmente para el sector energético, con la intención de contener el incremento de precios.
“Yo respeto la autonomía del Banco de México, pero como que ya deberían de pensar los técnicos en otra fórmula”, dijo AMLO en una de sus conferencias mañaneras.