Primero, la pandemia. Después, la guerra en Ucrania. Luego, la inflación rampante. Parece que la economía global está al borde del abismo y los Gobiernos han comenzado a tomar medidas ante el miedo de una crisis. Cada vez son más los países que optan por medidas de aislamiento que van en contra del modelo de globalización de los últimos 30 años. Si bien este tipo de acciones pueden traer beneficios en el corto plazo, analistas reunidos en el Foro Económico Mundial advierten que tendrán “consecuencias humanas devastadoras”.
La palabra clave en este escenario es la “fragmentación”. Todo empezó con el impacto que tuvo la emergencia sanitaria del COVID-19 en las cadenas de suministro. Las medidas de confinamiento, especialmente en Asia, causaron estragos en todo el mundo y las empresas han comenzado a traer sus actividades cerca de casa. A este fenómeno se le conoce como nearshoring y México se ha visto beneficiado en parte por su cercanía con Estados Unidos.
Luego tenemos la reciente guerra en Ucrania que no sólo ha aumentado el precio de los energéticos en el mundo e impulsado una inflación histórica, sino que además ha dañado profundamente las relaciones entre Occidente con Rusia y China. Por ejemplo, una larga lista de empresas, sobre todo estadounidenses y europeas, han decidido dejar sus operaciones en el país de Vladimir Putin. Por otro lado, compañías chinas como Didi, Huawei y TikTok han tenido problemas para operar en el mercado de Estados Unidos donde enfrentan obstáculos por la falta de confianza.
De tal modo, la fragmentación de las economías se contrapone al tipo de comercio e inversión libre transfronteriza a la que estamos acostumbrados. Con la intención de proteger a los consumidores, los países están optando por el aislamiento económico, lo que a su vez genera más volatilidad, incertidumbre y miedo en los mercados.
Desde que comenzó la globalización económica a mediados del siglo pasado han existido sus críticos. A pesar de que el modelo no es perfecto y tiene sus problemas, el mundo se ha visto beneficiado. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, esta apertura económica ha sacado de la pobreza extrema a más de mil 300 millones de personas alrededor del mundo. Apostar ahora por el aislamiento podría traer grandes consecuencias no previstas.
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