Hace unos días, el nonagenario magnate reunió a más de 12 mil personas en la primera junta de accionistas de forma presencial desde 2019, para contarles algunas de sus verdades.
El Oráculo de Omaha habló extensamente sobre uno de sus objetivos favoritos para las críticas: los bancos de inversión y las casas de bolsa.
“Wall Street gana dinero, de una forma u otra, atrapando las migajas que caen de la mesa del capitalismo. No ganan dinero a menos que la gente haga cosas, y obtienen una parte de ellas. Ganan mucho más dinero cuando la gente juega que cuando invierte”, dijo.
El multimillonario, que hace unas semanas reveló que no sabía dónde invertir su dinero y que había gastado decenas de miles de millones de dólares en los mercados bursátiles desde el inicio de año, lamentó que las grandes empresas estadounidenses se hayan convertido en “fichas de póquer” para la especulación del mercado.
Buffett respondió durante más de cinco horas a las preguntas de accionistas de Berkshire Hathaway durante la asamblea general anual del conglomerado empresarial.
En la reunión también estuvo Charlie Munger, de 98 años, quien ha sido la mano derecha de Buffet desde hace años.
“Tenemos personas que no saben nada sobre acciones que son asesoradas por corredores de bolsa que saben aún menos. Es una situación increíble y loca. No creo que ningún país sabio quiera este resultado. ¿Por qué querrías que las acciones de tu país se negocien en un casino?”, señaló Munger.
Anteriormente en la sesión, señaló que Berkshire siempre sería rico en efectivo y, en momentos de necesidad, sería mejor que los bancos para extender líneas de crédito a las empresas.
Un miembro de la audiencia hizo un comentario inaudible mientras hablaba.
“¿Era un banquero gritando?”, bromeó Buffett, porque otra cosa que sí tiene, es sentido del humor.