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El factor Bolsonaro: un riesgo de negocio.

Staff e-Vector
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Jair Bolsonaro no es el presidente que esperaba la comunidad de negocios que financió su campaña en el 2018 y aquí te decimos el porqué.

Jair Bolsonaro fue el candidato de la élite empresarial brasileña. Su llegada al poder no podría entenderse sin el financiamiento de la comunidad de negocios a la mayor campaña de desinformación electoral vía WhatsApp en la historia. 

Paradójicamente, la inversión en Bolsonaro ha traído consecuencias no deseadas para la iniciativa privada brasileña. La forma en la que el presidente aborda el tema de los incendios en la selva amazónica, ha puesto en riesgo el tratado de libre comercio que negociaron durante dos décadas la Unión Europea y el Mercosur. Un vocero de Emmanuel Macron, presidente de Francia, dijo que, de no resolverse esta contingencia ambiental, su país bloquearía el acuerdo comercial. 

La psicosis se ha vuelto la sensación generalizada al interior de la élite empresarial brasileña, particularmente en la industria de los agronegocios, el motor del sector exportador del país. Marcello Brito, presidente de la Asociación Brasileña de Agronegocios (ABAG), asegura que el boicot a las empresas de Brasil “es cuestión de tiempo”. El temor de la comunidad de negocios es que los compradores con conciencia ambiental puedan vetar los productos de exportación de ese país. De hecho, Finlandia, que mantiene la presidencia temporal de la
Unión Europea, ha hecho un llamado a prohibir las importaciones de carne brasileña. 

Y el impacto potencial podría escalar. En el 2018, Brasil exportó cerca de 26 mil millones de dólares en granos de soya, de acuerdo a cifras del Observatorio de Complejidad Económica, un centro de investigación dedicado al estudio de la estructura del sector exportador de las mayores economías del planeta. Esta es la magnitud del riesgo que ha impuesto la retórica incendiaria de Bolsonaro, quien, originalmente se pronunció a favor de abrir la selva amazónica a la explotación comercial. En un tono irónico, el presidente se ha referido a sí mismo como el
“Capitán Sierra”. 

La agencia Bloomberg reporta que el lobby de agronegocios en Brasil está invirtiendo en un agresivo programa de cabildeo para presionar al gobierno a detener la deforestación. Los motivos, explica la nota, yacen en el miedo de la iniciativa privada a que los europeos echen abajo un acuerdo comercial que se ha vuelto una necesidad para la economía brasileña, que este año crecerá apenas 0.8%, de acuerdo a estimaciones oficiales del Ministerio de Economía. 

A pesar de que los incendios de la selva amazónica son un fenómeno estacional, éstos han aumentado 84% en relación al año anterior. Algunos economistas creen que esto podría estar relacionado con el aumento de demanda de granos de soya de China, una consecuencia inmediata de la guerra comercial con Estados Unidos. El mes pasado, Brasil exportó 71 millones de toneladas al mercado chino, compensando los 40 millones de toneladas que dejaron de ser exportadas desde Estados Unidos. Todo ello implica que los productores de granos de soya brasileños necesitan encontrar tierra disponible para satisfacer esta demanda. Y eso genera incentivos para provocar incendios intencionales. 

Independientemente de si esta hipótesis tiene validez, lo cierto es que Jair Bolsonaro y su ministro de Economía, Paulo Guedes, han resultado ser un riesgo inmanejable y de consecuencias impredecibles para los empresarios que invirtieron en su campaña presidencial.

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