Uber es una de las grandes historias de crecimiento de la economía digital del siglo XXI. Sin embargo, eso no garantiza que el precio de la acción ascenderá de manera consistente. De hecho, ha sucedido lo contrario: desde la oferta pública inicial, los títulos de Uber han perdido 37.48% de su valor.
Scott Galloway, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Nueva York, argumenta que este descuento es producto de una transición en la estrategia de Uber, en la que la compañía está pasando de una narrativa de crecimiento a una narrativa de márgenes.
La tesis de Galloway es que el CEO de la compañía, Dara Khosrowshahi, ha caído en cuenta de que seguir persiguiendo una estrategia de crecimiento “cueste lo que cueste” los convertirá en el próximo WeWork, que no pudo llegar al punto de la oferta pública inicial y que, al igual que Uber, fue financiada en gran medida con capital del conglomerado japonés SoftBank.
El hecho de que sea Galloway quien elabore este argumento no es cosa menor. Se trata del académico que predijo la caída de WeWork un año antes de que SoftBank decidiera devaluar su participación en la compañía en 9.2 mil millones de dólares (alrededor del 90% de su inversión).
Y en medio de esta turbulencia existencial para Uber, su fundador, Travis Kalanick ha vendido partes significativas de su paquete accionario. La semana pasada se deshizo de 540 millones de dólares en títulos de la compañía, luego de que se levantó la restricción del gobierno corporativo que impedía a los más privilegiados vender acciones en los primeros seis meses posteriores a la oferta pública inicial. El año pasado, todavía en el mercado privado, Kalanick vendió 1,400 millones de dólares de títulos de Uber a SoftBank.
Este desprendimiento de capital del fundador, que fue despedido de la dirección general por su consejo de administración en el 2017, coincide con la construcción de su nueva empresa: CloudKitchen, una aplicación que pretende optimizar la renta de espacios de cocina en centros urbanos. Recientemente, esta firma recibió una aportación de capital de 400 millones de dólares del Fondo Soberano de Arabia Saudita, que es, a su vez, uno de los principales accionistas del fondo de SoftBank que invierte en compañías de Silicon Valley.
Ante este escenario, la pregunta relevante sigue siendo: Realmente, ¿a dónde se dirige Uber?