Hace unos años, MacKenzie Scott era conocida, básicamente, por ser la esposa del fundador de Amazon, Jeff Bezos.
Pero cuando se divorció comenzó a ser vista como la millonaria que parece que quiere dejar de serlo.
Y es que MacKenzie ha donado, en menos de dos años, a más de 780 organizaciones, más de cuatro veces lo que su exesposo ha donado hasta ahora en su vida, calcula Forbes.
Se dice que la multimillonaria no puede gastar su dinero lo suficientemente rápido, pero Rowan Hooper asegura tener una solución a tan “terrible problema”.
En su libro Cómo gastar un billón de dólares, el escritor cuestiona que si tuviéramos un billón de dólares y un año para gastarlo por el bien del mundo y el avance de la ciencia, ¿qué haríamos?
Hooper cuenta que comenzó a escribir este libro en parte por la frustración con nuestros intentos de abordar los problemas del cambio climático, la salud global, la pobreza y la crisis de la biodiversidad.
“Muchas veces no es porque no sepamos cómo resolver los problemas, es que no gastamos en ellos. Y hay dinero de sobra: Forbes sitúa los activos del uno por ciento superior en 162 billones de dólares”, detalla el autor.
Esa es definitivamente una suma inimaginablemente grande y es una suma mucho menor que la que el mundo encontró para rescatar sus bancos en 2008 o tratar con Covid-19.
El editor jefe de la revista New Scientist detalla que tuvo un sueño secreto: que los multimillonarios y filántropos pudieran inspirarse para dirigir sus gastos de alguna de las maneras que él propone.
Una de ellas es priorizar la reducción de carbono.
“Necesitamos, desesperadamente, dejar de emitir dióxido de carbono a la atmósfera, pero también debemos deshacernos de mucho de lo que hay allí arriba”, refiere.
Hooper señala que hay máquinas para hacer esto, pero el proceso es costoso y demasiado lento.
En su libro sugiere comenzar con una competencia lucrativa para estimular el desarrollo de la tecnología y ofrecer 100 millones de dólares al primer grupo capaz de demostrar una forma más económica y escalable de fijar y enterrar el CO2.
Otras de las cosas que sugiere para gastar dinero y ayudar al mundo es salvar la selva tropical, volver a congelar el Ártico, salvar a las ballenas y usar energías renovables.
Y es que “tan solo” con un billón de dólares se podrían resolver los principales problemas a los que nos enfrentamos. Se podría acabar con la pobreza global, se podría costear la transición del mundo a energía limpia, lanzar una nueva revolución agrícola sostenible y revertir el cambio climático.
El libro de Hooper es definido como “un experimento de pensamiento definitivo”, pero también es un llamado a enfocarnos en todas las cosas que podríamos hacer (nosotros, MacKenzie y quienes tienen más dinero) para verdaderamente salvar el mundo.