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Saudi Aramco, una empresa excepcional

Staff e-Vector
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La compañía fue la única Oil Major en registrar ganancias netas superiores a los 10 mil millones de dólares en el tercer trimestre del 2020. Eso no quiere decir que esté exenta de los problemas estructurales que enfrenta la industria petrolera global. Aquí te lo contamos a detalle.

Saudi Aramco es una empresa excepcional en muchos sentidos: es la compañía pública con el valor de capitalización de mercado más alto del mundo, es la única “Oil Major” en registrar ganancias superiores a los 10 mil millones de dólares en el último trimestre y es una firma que pretende romper el estereotipo de la empresa paraestatal ineficiente operada por el gobierno de una economía emergente. 

Sin embargo, Aramco no es una empresa perfecta. Sus críticos advierten que los retos estructurales de la industria petrolera están presionando al gobierno saudita a extraer cada vez más recursos de esta compañía. 

Brad Setser, ex funcionario del Departamento del Tesoro en la administración de Barack Obama, argumenta que están emulando el modelo mexicano, en donde el gobierno mantiene una cuota creciente de las ganancias antes de impuestos de Pemex pese a que los niveles de deuda y ratios financieros de la firma se encuentran en una ruta de deterioro. El mes pasado, Bloomberg publicó una nota titulada “Crecen las preocupaciones de que Aramco está congelando proyectos prioritarios y acumulando mucha deuda”. El título dice todo lo que el mercado necesita saber sobre el momentum de la compañía. 

Las ganancias netas de la firma en el tercer trimestre del 2020 fueron 44.6% menores en relación con el mismo periodo del año anterior. La caída es un reflejo del mercado petrolero. El barril de crudo WTI ha perdido 41.6% de su valor en lo que va del año. El precio del petróleo está cerca de los niveles registrados después del crash de la guerra de precios saudita de noviembre de 2014. 

Aunque las condiciones de la industria son precarias, Aramco mantuvo un dividendo de 18.75 mil millones de dólares para sus inversionistas. La gerencia ejecutiva justificó esta decisión argumentando que la recuperación de la economía global, y por ende del mercado petrolero, está cerca. Amin Nasser, director general de la compañía, le dijo a Energy Intelligence que el aceleramiento de la actividad económica en el Este de Asia, particularmente en China, un mercado clave para la firma, les permite ser cautelosamente optimistas. 

La tesis de Nasser no es única. Desde octubre, el precio del petróleo y de los principales índices accionarios se ha movido en tándem. 

Además, la posición de Aramco es privilegiada. En el tercer trimestre, Exxon, Chevron, BP y Equinor presentaron pérdidas netas. Shell y Total apenas alcanzaron a reportar números negros. 

La situación de la industria petrolera quedó retratada la semana pasada, cuando Zoom rebasó a Exxon en términos del valor de capitalización de mercado. El consenso de las “Oil Majors” es que los tiempos de precios altos, demanda creciente y búsqueda de reservas en aguas profundas llegó a su final, al menos en el mediano plazo. 

A pesar de su “excepcionalidad”, Aramco también tiene que operar bajo estas reglas del juego. 

Fuente: VectorAnálisis
Redacción: Staff e-Vector

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