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Riesgos materializándose

Staff e-Vector
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Como se esperaba, la semana pasada el Banco de México dejó sin cambios la tasa de interés de referencia. ¿La razón?. Consideró que la postura monetaria actual es congruente con su objetivo de lograr una inflación de 3.0 por ciento al cierre del presente año o a más tardar a principio del próximo.

No obstante, el contenido del comunicado que acompañó esta decisión fue menos severo de lo que se esperaba, sobre todo teniendo en cuenta que al parecer ya se están materializando algunos de los riesgos que se ciernen sobre la inflación.

En sus últimos comunicados, el Banco de México ha venido señalando que uno de los principales riesgos que enfrenta la inflación es la depreciación del peso, toda vez que en circunstancias de una falta de holgura en la economía, es más sensible el traspaso de la depreciación del tipo de cambio a los precios de los productos finales. Cabría esperar, en tal sentido, que ante una posible depreciación del tipo de cambio, la inflación se afecte más rápido y en una magnitud mayor a la que sucedería en una situación de normalidad económica.

Cabe mencionar que en lapso del último mes (17 de abril hasta el 18 de mayo), el peso se ha depreciado en más de 10 por ciento, al pasar de 17.98 pesos por dólar a 19.95, con lo que se han despertado las alertas sobre el futuro de la inflación, que el banco central parece no detectar.

La depreciación del peso mexicano vino acompañado de movimientos en los precios de otros activos en el exterior: del incremento de las tasas de interés en Estados Unidos, en particular de la del bonos de 10 años, misma que pasó de 2.82 por ciento a 3.11 por ciento desde mediados de abril al cierre de la semana pasada; de la apreciación del dólar que, medido contra el euro, pasó de 1.21 a 1.18; del nulo rendimiento del S&S570; y, del debilitamiento de algunas otras monedas de países emergentes, como es el caso del peso argentino (-17.88 por ciento), el real brasileño (-8.89), la lira Turca (-8.76) y el zloty polaco (-7.62 por ciento), entre otras.

Si bien la reacción de las monedas de México y de los países emergentes tuvo que ver con el fortalecimiento del dólar y el alza en las tasas de interés en EU, no se puede descartar que parte de esos movimientos estuvo provocado por factores internos y, otra, por el temor de contagio entre países emergentes. En el caso mexicano, por ejemplo, fue notorio el movimiento del tipo de cambio a consecuencia de noticias ambiguas sobre el futuro de la re negociación del NAFTA.

Si esto es así, se puede prever que ante posibles apreciaciones adicionales del dólar y/o un mayor incremento de las tasas de interés de los bonos de Estados Unidos se puedan desencadenar problemas con las monedas de países emergentes, mismos que llevarían a abruptas intervenciones de política monetaria, como lo que acaba de suceder en Argentina, por ejemplo. Los países más propensos para que pueda suceder algo así son justamente México, Brasil, Turquía, Polonia, etcétera.

¿Por qué el Banco de México no está advirtiendo sobre esta posibilidad? Pues, no queda más que esperar la respuesta en la publicación de la minuta de esta reunión, aunque es probable que el Banco esté pensando en esto cuando señaló en su último comunicado que estará atento en el caso de que se registren ajustes en el tipo de cambio real.

Mientras tanto, habrá que estar pendiente del comportamiento del dólar, de las tasas de interés en Estados Unidos y de los movimientos de las monedas de los países emergentes.

Rodolfo Navarrete Vargas, Director de Análisis y Estrategias de Inversión Vector Casa de Bolsa.

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