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Las compras de venganza, la peor venganza del mundo

Staff e-Vector
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Luego de pasar más de un año prácticamente encerrados, sin fiestas ni restaurantes, todos están ansiosos por salir y mostrarse renovados, y qué mejor forma que con un guardarropa nuevo, ¿o no?

La pandemia ha trastocado todos los aspectos de nuestra vida. De acuerdo con una encuesta de Kantar sobre los desafíos y oportunidades del Covid19, América Latina fue una de las más afectadas por la crisis.

Todo esto, trajo una transformación en nuestros hábitos de consumo. Por varios meses, la mayoría dejamos de comprar cosas que antes representaban un “lujito”.

La incertidumbre nos acorraló y nos separó de ese consumismo que, aceptémoslo, a veces resultaba muy reparador. Nos encerramos. Pero luego, la llegada de las vacunas y la sentencia de que para reactivar la economía debemos salir a comprar nos hizo pensar que los días de “shopping” podrían estar de vuelta.

Y entonces nació un comportamiento que pocos esperaban: el «revenge shopping» o “compra por venganza”.

Así como lo lees. La premisa se basa en el hecho de que, luego de pasar más de un año prácticamente encerrados, sin fiestas ni restaurantes todos están ansiosos por salir y mostrarse renovados.

Y qué mejor forma que con un nuevo guardarropa. Una nueva colección que logre vengar lo que durante meses se nos ha negado. 

Pero también representa un nuevo guardarropa que nos dé esa sensación de optimismo de que estamos por ver la luz al final del túnel.

Que podemos dejar los pants y los crocs y las pijamas y la playera vieja. Sin embargo, los expertos aseguran que antes de salir a comprar por venganza, nos detengamos a pensar un poco en ese motor del consumo global que se acelerará una vez más y, quizá esta vez, de manera irreversible. 

Sí, como dice J.B. Mackinnon en su editorial We’re ready to spend again. But there are profound costs to consumption, la economía nos exige que consumamos cada vez más, pero el planeta necesita que reduzcamos nuestro consumo.

“Cuando se trata del cambio climático, la extinción de especies, el agotamiento del agua, la contaminación tóxica, la deforestación y muchos otros desafíos, ahora importa más cuánto consume cada uno de nosotros que cuántos somos”, detalla.

Por eso, antes de que te gane ese irrefrenable deseo de justicia por todo el tiempo que la pandemia nos ha robado, detente a pensar si esa venganza vale un mundo.

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