El intento fallido de Wendy’s de aumentar el precio de sus hamburguesas en relación con la demanda, al estilo Uber, ha atraído el interés de otros sectores.
La historia no es nueva. Llevamos por lo menos 10 años escuchando cuentos de terror. Personas que piden un viaje a través de Uber y, sin darse cuenta, terminan pagando miles de pesos por trayectos cortos.
La idea es similar a lo que por años han hecho aerolíneas y hoteles en las temporadas de alta demanda vacacional. La gran diferencia ahora es la flexibilidad y rapidez con la que se pueden modificar los precios en cuestión de minutos, por ejemplo, cuando empieza a llover en la ciudad y más personas necesitan un servicio de transporte.
Con los años, la empresa ha puesto varios candados a su llamada tarifa dinámica, pero la práctica se sigue empleando con éxito en todas partes del mundo. Tanto, que cada vez más sectores de la economía buscan implementar mecanismos similares.
Hace unas semanas, la cadena de comida rápida Wendy’s anunció que a partir del próximo año tendrá precios variables en sus menús. La idea era que si ibas a la hora pico cuando más se llena el restaurante, pagarías más por tu hamburguesa.
Se trataba de un plan ambicioso. El director ejecutivo, Kirk Tanner, dijo que la compañía gastará 20 millones de dólares en tableros de menú digitales de alta tecnología que pueden actualizar los precios en tiempo real.
Afortunadamente para los amantes de la comida rápida, la idea murió antes de que pudiera ver la luz del día. La reacción de los consumidores en Internet cuando se dio a conocer la noticia fue tan contundente que Wendy’s dio marcha atrás a todo y anunció que, en el futuro, cualquier cambio en sus restaurantes estará enfocado a beneficiar a los comensales. Ahora los tableros digitales serán usados para mostrar diferentes ofertas dependiendo de la hora del día.
Sin embargo, la idea ya fue sembrada. Muchos analistas estaban esperando ver los resultados de este experimento. Incluso había rumores de que McDonald’s y Burger King harían lo mismo en caso de que su competencia aumentara las utilidades.
De tal modo, las tarifas dinámicas siguen ganando terreno. En los últimos años algunas prácticas han causado polémica como la empleada por Ticketmaster que no tiene límite: si alguien está dispuesto a pagar cierto precio, a ese precio se venden las entradas a conciertos o eventos deportivos.
En Estados Unidos, la cadena de cines Cineplex está cobrando un dólar extra para ver la segunda parte de ‘Dune’ debido a que es de las cintas más esperadas de la temporada. Y Amazon se ha visto en problemas legales por redirigir a clientes con los vendedores más caros y que más márgen le otorgan.