Desde julio de 2019 no se vivía una tasa de inflación tan alta como la de hoy.
Y es que en la primera quincena de febrero, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un alza quincenal de 0.12%, situándose así en una tasa de inflación anual del 3.52%, de acuerdo con las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En julio de 2019 su tasa de ubicó en cuando alcanzó un 3.72%, según el instituto nacional de estadística.
Para esta quincena, analistas consultados en un sondeo de Reuters preveían una tasa del 3.57%, no muy alejada a la registrada este periodo por el INEGI.
El incremento quincenal de los precios se debió a las alzas en las cotizaciones del tomate verde, huevo, vivienda propia, servicios en loncherías, fondas, torterías y taquerías, plátanos, otras frutas, frijol, restaurantes y vestimenta para hombre.
Sin embargo, no todas son malas noticias. La inflación se vio contrarrestada por bajas en los precios del tomate rojo, las gasolina Magna y Premium, cebolla, gas doméstico LP, chile poblano, calabacita, computadoras, ejotes y naranja.
Según refirió Forbes, el Banco de México recortó a mediados de febrero la tasa de referencia a un 7% por quinta vez consecutiva en medio de una economía estancada, pero advirtió que persisten riesgos para la inflación. Su próximo aviso de política monetaria será el 26 de marzo.
Un subgobernador del banco mencionó la semana pasada que la meta de inflación “probablemente” no se cumplirá este año debido a que su comportamiento se verá afectado por efectos de alzas en costos salariales y precios de productos agropecuarios, entre otros.