Estar quebrado no es sinónimo de ya no aspirar a tener dinero porque para lograrlo es parecido a cuando eras niño y construías un castillo de Lego. Todos somos los albañiles o los verdugos de tener lana en el bolsillo.
En el Blog&Lana de Sonia Sánchez se dan seis pasos para que hasta el más desordenado con sus finanzas pueda llegar a tener dinero. Lo importante es saber que los planos de construcción no son complicados, sólo hay que saber cuáles son y practicar hasta que salgan bien.
1. Haz tu Mapa
Porque sin mapa ¿A dónde llegas?, necesitas un camino que seguir. El camino sin rumbo lo están tomando todos, en este momento y ve a donde los lleva. Para hacer tu mapa hacia la riqueza se necesita:
- Metas de corto, mediano y largo plazo.
- Prioridades, es decir poner en primer lugar las cosas inmediatas.
- Costos generales que tendrán tus metas y estilo de vida que quieras.
- Dejar trazadas las cosas que estás dispuesto a sacrificar como comodidades o algún gasto.
2. Dale a cada peso un trabajo: Tu presupuesto
Ya que tienes el mapa, sabes lo que quieres, lo que es prioritario, cuánto cuesta. Ahora hace falta organizar tu dinero para que vaya cayendo a esas metas.
3. Haz una diferencia entre lo que ganas y lo que gastas.
Un gran paso para lograr esto, es el presupuesto, pero igual de importante son tus hábitos.
4. Esa diferencia ¡inviértela!
Porque es importante hacer que el dinero crezca o que por lo menos mantenga su poder adquisitivo. Lo malo es que como sabemos poco sobre inversiones nos da miedo, pero aunque es bueno tener un poco de temor eso no debe llevar a la inacción.
5. Usa el crédito solo para crecer
Esto no es otra cosa que pedir prestado o usar la tarjeta de crédito para no dejar ir las oportunidades de un buen negocio o que me va a dejar más dinero.
También se puede recurrir al crédito para comprar los zapatos que sé que no puedo pagar con mi quincena “not so much”.
6. Practica el agradecimiento
¿Qué distingue a un avaro ambicioso de un rico generoso? El último está agradecido por lo que tiene y no sólo material, y continúa su riqueza por lo que hace y resuelve, no como objetivo.
Sé que en momentos de escasez es difícil ser agradecido, pero créeme, no importa que tan mal esté la situación, siempre podemos estar agradecidos de lo que si tenemos.