Hay dos palabras en el mercado de valores que son parte de la educación financiera y que todo inversionista debe conocer al incursionar en la bolsa: la volatilidad y la bursatilidad.
La volatilidad se da con el cambio de precio abrupto de un valor, mientras que la bursatilidad se refiere a qué tan fácil se puede negociar una acción o algún instrumento de inversión. Sin embargo, no siempre es tan sencillo, por eso es importante saber los factores que entran en juego.
Para empezar hay que reconocer que una constante en los mercados financieros es el riesgo, porque no es seguro que al invertir el dinero en una acción o bono vaya a subir su precio tanto como esperamos.
Para disminuir ese riesgo se puede echar mano de la volatilidad y la bursatilidad. Por separado, ambas aportan información a la hora de invertir, pero cuando se conectan se obtiene mucho más.
Algunos analistas dicen que existe una correlación inversa porque un activo que es muy volátil es menos bursátil o líquido. Sin embargo, el peso puede tener momentos de volatilidad pero se puede comprar y vender con facilidad.
La bursatilidad se asocia con la liquidez y normalmente se evalúa a través del volumen e importe negociados, al mismo tiempo que se considera la frecuencia con la que cambia de manos la acción o un valor.
Un ejemplo claro es la vivienda, que es menos líquida que una acción o un bono. En ese sentido se dice que es una condicionante para comprar y vender rápida y fácilmente. Por eso, la bursatilidad es uno de los criterios que se toma en cuenta para seleccionar la muestra de empresas que forman parte del índice de precios y cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores.
Lo anterior significa que mientras más liquida sea la acción de una empresa tiene más posibilidades de formar parte de ese selecto grupo. Pero la decisión de comprar una acción o un valor en el mercado no depende de que sea muy liquida, sino de las perspectivas que se tenga en la empresa en cuestión.
Por otro lado, la volatilidad va mucho en función a la variación del precio consigo mismo y en donde influyen muchas situaciones como rumores, noticias, decisiones políticas y económicas, crisis del país, etc. En este caso también hay instrumentos que ayudan a identificar ese factor: el VIX para el caso del S&P500, VXN para el Nasdaq, por citar algunos de la larga lista que existe.
Por ejemplo, si hay volatilidad y nadie quiere comprar, para poder vender un título se tiene que ofrecer un precio más bajo de lo normal, lo cual implica que se pierde dinero. Como se dificulta comprar y vender, la volatilidad de los precios es más alta, lo cual no ocurre en condiciones donde se facilita comprar y vender, cuando la volatilidad es menor.
Fuente: T-Advisor