Los economistas no tienen una bola de cristal, pero sí son buenos para hacer pronósticos. El último en llevarse los reflectores fue el banco de inversión UBS quien ha encendido las alarmas tras unos meses de malos resultados. Advierte que la posibilidad de que Estados Unidos entre en una recesión ha aumentado del 40 al 60 por ciento de junio a la fecha.
Tradicionalmente, se considera que un país está en recesión cuando liga dos trimestres con pérdidas del PIB. Sin embargo, esta definición ha sido puesta a prueba debido a que la economía estadounidense presenta buenos datos (como una baja tasa de desempleo) a pesar de haberse contraído en los últimos dos trimestres.
Ante las dudas, los economistas hablan de que estamos en una recesión técnica. Esto significa que, si bien el PIB ha caído, todavía no estamos en una crisis per se. Sin embargo, UBS advierte que cada vez estamos más cerca de que esto cambie.
Para calcular las posibilidades de una recesión, el banco de inversión utiliza principalmente tres indicadores: los datos macroeconómicos duros ya mencionados, la curva de rendimiento de los bonos del Tesoro y la información crediticia. Las primeras dos cifras pintan un panorama sombrío para Estados Unidos, pero la información sobre préstamos va en sentido contrario.
En ese sentido, todavía hay quienes se encuentran optimistas con el futuro. Uno de ellos es el Banco de México quien la semana pasada señaló que no espera una recesión ni en Estados Unidos ni en nuestro país. No obstante, el organismo sigue preocupado por el alto nivel de inflación el cual espera que cierre el año por encima del 8 por ciento. Además, recortó su pronóstico de crecimiento para 2023 del 2.4 al 1.6 por ciento del PIB.
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