Lo que dice Vanguard, importa. Lo que dice Blackrock, importa todavía más. Estas
dos firmas son los mayores gestores de activos en el mundo. En conjunto,
administran alrededor de 11.82 billones de dólares.
Pero Blackrock y Vanguard no sólo comparten un modelo de negocios similar,
basado en la inversión pasiva a través de índices que cotizan en el mercado de
valores (ETFs, en inglés). También comparten una opinión: en el corto plazo, la
economía mexicana va a enfrentar problemas.
Ésta es la tesis de Juan Hernández, el director de Vanguard en México, quién dijo
al diario El Economista que existe una divergencia entre los sólidos fundamentales
de mediano y largo plazo del país y sus perspectivas coyunturales.
José Luis Ortega, el director de Deuda y Multiactivos de Blackrock México,
coincide. “El ambiente que se vive es de extrema cautela para los inversionistas.
Aunque una buena noticia es que sigue habiendo inversión extranjera directa”,
aseguró en una entrevista para El Economista.
Esta percepción fue confirmada días después por el INEGI, que publicó que el
Producto Interno Bruto de México creció 0.1% en el segundo trimestre del año en
relación al mismo periodo del 2018. Ese mismo año, el pesimismo de la economía
real se extendió a los mercados financieros: en julio, el Índice de Precios y
Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores perdió el 5.32% de su valor.
A pesar de ello, Ortega, al igual que Juan Hernández, de Vanguard, evita ser
catastrofista. “Vemos poco probable una recesión; aún vemos crecimiento”, dijo.
Esto marca un contraste entre el desempeño de los activos y la economía
mexicana en el corto plazo frente a los elementos que Hernández utiliza para
justificar una “visión constructiva de México” en el largo plazo: la estabilidad
macroeconómica, la independencia del banco central como elección institucional,
la pertenencia de México al bloque comercial de América del Norte (cohesionado
por el TLCAN), el crecimiento de la clase media y una pirámide demográfica
positiva.
Por otro lado, la visión de Blackrock refleja la posibilidad de que el recorte reciente
a la tasa de interés de referencia del Comité de Mercado Abierto de la Reserva
Federal (25 puntos bases, la primer reducción desde el 2008) ofrezca incentivos
para que la Junta de Gobierno del Banco de México actúe en consecuencia e
inicie un ciclo flexible en los tipos de interés.
De acuerdo a datos de Bloomberg, México cuenta con la segunda tasa de interés
real más alta entre países emergentes, lo que, de acuerdo al consenso de
analistas, implica un serio obstáculo para el crecimiento económico.