El mexicano se caracteriza por ser conservador en muchos aspectos y la parte financiera no es la excepción por eso cerca del 80 por ciento de la gente tiene su dinero en una cuenta de ahorro.
Ahorrar e invertir son cosas distintas. Para conocer las diferencias entre ambos es preciso saber que ahorrar es acumular dinero, que pueda estar disponible en cualquier momento para enfrentar algún imprevisto o emergencia.
En cambio, al invertir se busca que el dinero crezca, y en este punto sí importan los rendimientos y para obtener resultados se requiere del largo plazo.
Ambos instrumentos no son sinónimos pero sí están fuertemente relacionados. La diferencia básica radica en el destino del dinero; por otro lado se puede encontrar la similitud en que la persona rechaza la intención de disponer del dinero al instante. La parte en la que convergen los dos conceptos es en la inversión de ahorros, esto se traduce en cuando se pone el dinero ahorrado a trabajar para lograr un rendimiento.
Las inversiones no son ruleta, casino o un volado, por lo que la Condusef ofrece una guía básica para entrar a este mundo, donde el primer consejo es invertir sólo los excedentes, es decir, el dinero que no se haya comprometido para otros fines.
Para seguir en la ruta a la inversión, el siguiente paso es diversificar poco a poco, porque cuando se empieza con pocos recursos es difícil hacerlo, ya que tener poco efectivo limita la compra de muchos instrumentos. Este paso se podrá hacer en la medida que el dinero crezca.
La información es determinante para tener éxito en la inversión porque aunque empiece con conocimiento cero, la información ayudará a tomar mejores decisiones y sobre todo la comparación es la clave.
Luego hay que aprender a controlar las deudas y esto implica que un crédito no es malo, pero si se usa sin responsabilidad se puede convertir en un enemigo. Es posible invertir y tener deudas al mismo tiempo, pero deudas controladas como aquellas para adquirir una casa, un auto o muebles.
Para generar ahorro, un comienzo puede ser abrir una cuenta bancaria porque permite tener el dinero a la mano, con sólo ir al cajero automático; una vez logrado esto ya es posible voltear a ver el largo plazo, es decir invertir el dinero que no se vaya a necesitar en un año o poco más.
Una opción son los fondos porque es donde el dinero puede crecer más que en los medios tradicionales de ahorro o los depósitos a plazo fijo. Los seguros son otra alternativa, algunos incluyen un programa de ahorro e inversión.