Desde la Revolución industrial hasta nuestros días, nuestra actividad ha calentado el planeta 1.1 grados. La mayoría de las causas es por la quema de carbón, petróleo y gas natural para obtener energía, y otra, por la tala inmoderada de bosques.
Y por esas acciones, ya estamos pagando un precio muy alto
Tan solo este año, las olas de calor intenso cobraron la vida de cientos de personas, las inundaciones devastaron Alemania y China, y los incendios forestales se propagaron sin control en Siberia, Turquía y California.
Por eso, cientos de empresas de todo el mundo se han comprometido a reducir las emisiones de carbono, pero los plazos que se han puesto son muy largos y quizá no sea suficiente.
Los expertos reconocen que para llegar a cero neto en las próximas tres décadas, se necesitan reducciones drásticas de CO2. Indican que lo que hay que hacer todos los años entre ahora y 2050 es, en términos generales, aproximadamente la misma reducción que se tuvo durante la crisis de COVID-19.
Sin embargo, según un estudio publicado por la Universidad de Exeter, las emisiones de carbono han repuntado a niveles casi pre pandémicos y aunque se asegura que los expertos esperaban un rebote, están sorprendidos por la intensidad y rapidez con la que se ha dado.
De acuerdo con científicos de la ONU, para que podamos salvarnos, las emisiones netas del mundo deben caer a cero para 2050.
Un reportaje de The New York Times asegura que, Climate Action Tracker estimó en 2014 que el mundo iba en camino a alcanzar casi 4 grados de calentamiento para 2100, en comparación con los niveles previos a la Revolución industrial.
Con esta información, el Banco Mundial hizo un análisis en el que exploró los riesgos y concluyó sin rodeos que llegar a esos 4 grados es una posibilidad que “no se debe permitir”.